Monitorización continua frente a los ataques avanzados: qué pueden hacer los SOC y sistemas SIEM por la seguridad de tu empresa
A lo largo de los últimos años una cosa está clara: la ciberseguridad (y los ciberataques) continuarán teniendo un impacto cada vez mayor en los negocios. En la mano de cada empresa está en que ese impacto sea para bien o para mal, aprovechando las oportunidades que ofrece la tecnología y los avanzados métodos de monitorización de amenazas.
Y es que todas las organizaciones, independientemente de su tamaño o sector, son susceptibles de convertirse en la próxima víctima de un ciberataque, que cada vez son más sofisticados cuando se trata de acceder a los recursos confidenciales de las empresas.
De acuerdo a un reciente informe de Forrester sobre el estado de las Operaciones de Seguridad, el 79% de las empresas han sufrido un ciberataque en el último año.
Y es que los negocios están en el punto de mira del cibercrimen, prueba de ello es que sus departamentos de seguridad reciben una media de 11.000 alertas de seguridad al día, según este mismo informe.
La situación actual no ayuda en este sentido, más bien al contrario: durante los últimos meses y debido a la pandemia mundial y el auge del teletrabajo los ataques a las empresas han aumentado y evolucionado. Los cibercriminales han aprovechado la pandemia para lanzar amenazas relacionadas con COVID-19, y el objetivo están siendo las empresas de todo el mundo. Estos ataques se dirigen hacia los puntos débiles de la organización, que ahora se encuentran en casi cualquier parte. Con el trabajo remoto el perímetro se expande hasta no tener prácticamente límites.
De hecho, el último informe de Ciberamenazas y Tendencias de 2020 publicado por el CCN-CERT indica que se ha detectado una “mejora significativa de las capacidades técnicas y operativas de actores ligados a la delincuencia económica”.
Para hacer frente a todos estos desafíos de seguridad afortunadamente las organizaciones cuentan con la tecnología y herramientas a su alcance que tienen como objetivo la protección de la información, monitorización continua y la detección de alertas de forma temprana. Aquí es donde entran en juego los sistemas SIEM y los SOC.
SOC: un antes y un después en la protección de tu información
Los Centros de Operaciones de Seguridad o Security Operations Center (SOC) tienen la misión de realizar un minucioso seguimiento de la actividad digital de toda la compañía: desde las redes, servidores, bases datos o cualquier otro sistema. Se monitorizan las veinticuatro horas del día para detectar incidentes de seguridad o actividades inusuales que pueden ser síntoma de que se ha podido comprometer la seguridad de la información.
No solamente se monitoriza, sino que también identifica las amenazas, las analiza y genera alertas, de forma que ante una amenaza se puede reaccionar de la forma más rápida posible reduciendo los posibles daños.
La velocidad a la hora de responder ante ciberataques es crucial, ya que ese tiempo impactará directamente en el coste económico y reputacional de la propia compañía.
Entre los beneficios de contar con estos centros de seguridad se encuentran la detección de actividad maliciosa, reducción de tiempo de respuesta, mejora en la comunicación, reducción de costes asociados a incidentes de seguridad, mejor reputación frente a clientes y mayor control de la ciberseguridad corporativa.
Características y beneficios de los sistemas SIEM
Los sistemas SIEM (Security Information and Event Management) son herramientas de gestión de eventos de seguridad de la información que permiten analizar e interpretar los datos relacionados con la seguridad de las compañías. Se trata de un término acuñado por Gartner que hace alusión a la combinación de los términos SEM y SIM, Security Event Management y Security Information Management, respectivamente.
Esta es una de las principales herramientas usadas en los SOC para detectar y dar una respuesta temprana a los incidentes de seguridad.
Uno de los beneficios añadidos de estos sistemas es su capacidad de análisis forense, ya que gracias a que puede almacenar la información sobre los incidentes resulta más sencillo investigar la procedencia de las amenazas.
Otro de sus puntos fuertes es la simplificación del cumplimiento normativo, ya que los SIEM pueden automatizar esa recolección de los datos para elaborar los informes necesarios en función de las normativas aplicables.
¿Cómo pueden implementarlos las empresas?
Las empresas no necesitan contar con un equipo de SOC propio sino que pueden contratar esta solución como un servicio gestionado, obteniendo el máximo retorno de la inversión y reduciendo la complejidad. De hecho, según el informe del Estado de la Seguridad en el 2019 de Deloitte, aproximadamente la mitad de las empresas disponen de un SOC de forma externalizada. Estas soluciones permiten además escalabilidad para poder aumentar o reducir los recursos en función de las necesidades de la empresa.
En definitiva, a través de la monitorización y análisis constante, los SOC junto a los sistemas SIEM mantienen una vigilancia continua de la seguridad de la compañía, 24/7 contando con ventajas que van más allá de la detección de las amenazas, al mejorar también un aspecto clave como es la capacidad de respuesta ante un ataque.
Todos los datos e informes parecen indicar la misma dirección a la que los departamentos de seguridad de las empresas deben mirar los próximos meses: una continua y creciente sofisticación de los ciberataques que seguirán adaptándose a las circunstancias. Adaptarse al mismo ritmo e ir un paso por delante de ellos puede marcar la diferencia en la ciberseguridad corporativa.
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